Rincones naturales con encanto (II): Pico del Águila y el pozo de la nieve

Vistas desde el Pico del Águila, con la Sierra Quípar y parte del Valle de Burete en primer plano. Por Pedro Abellán Robles

La Sierra de Burete, que es la principal zona montañosa y boscosa de Cehegín, atesora innumerables rincones naturales con encanto. Entre ellos, destaca sin duda el Pico del Águila, localizado en la cumbre de esta sierra y a unos 1.190 metros de altitud. Situado entre los parajes de El Canalón y el Bancal de la Sierra, representa el segundo punto más elevado de Cehegín, detrás del Pico de Lavia (1.236 metros), en la sierra del mismo nombre. Se trata de una zona de alto valor natural, donde sobreviven los restos de los antiguos carrascales y quejigales (bosques de encinas y robles mediterráneos) que cubrían esta sierra. Muchas de aquellas encinas y quejigos fueron talados en los siglos pasados hasta casi su total desaparición en la mayor parte de estos montes para obtener carbón vegetal y para la industria naval. Lo que ahora encontramos es, en gran parte, el resultado de repoblaciones efectuadas con pino carrasco en la primera mitad del siglo XX. En cualquier caso, entre los pinos, será fácil encontrar ejemplares arbustivos de encina y quejigo descendientes de aquellos antiguos bosques, acompañados de coscojas, enebros, jaras, estepas, tomillos, aliagas, y un largo etcétera de arbustos y herbáceas formando el sotobosque.

El Pico del Águila y la zona circundante es un paraje único también por la inusual concentración de rapaces forestales que allí anidan, como es el caso de la aguililla calzada, el azor, la culebrera europea y el busardo ratonero. Además, se trata también de una atalaya privilegiada desde la que se domina gran parte del municipio. Así, si nos desplazamos desde el punto más alto y nos asomamos hacia la vertiente norte de la sierra, donde empieza la pendiente, dispondremos de unas vistas únicas. En primer plano, nos encontraremos la Sierra de las Cabras, a la izquierda y ya en el término municipal de Caravaca, y la Sierra Quípar a la derecha, formada por El Campanario y el As de Copas. Más al norte, podremos alcanzar a ver también las Sierras del Gavián y del Buitre, en Caravaca, y parte del término municipal de Calasparra, al noreste. Por otro lado, desde la pista forestal por la que se accede a esta zona, y mirando hacia el sur, tendremos una panorámica única de la vertiente sur de la Sierra de Burete y, más al sur, podremos ver incluso la Sierra de Lavia y Los Ceperos.

Pero esta zona aún esconde otro secreto merecedor de una visita. Muy cerca del Pico del Águila, en la cara norte de la Sierra de Burete, resiste a malas penas el paso del tiempo lo que queda de un pozo de la nieve del siglo XVII. Desconocido incluso para la mayoría de los habitantes del pueblo, sobrevive oculto entre arbustos y pinos. De unos ocho metros de diámetro, no conserva su cubierta, pero aún se puede observar el interior de piedra y mortero, cal y arena, compuestos característicos de la mayoría de los pozos de la Región de Murcia. Localizado a unos 1.080 metros de altitud, la cavidad cilíndrica está excavada en el suelo, con una profundidad de unos seis metros. El documentalista granadino Bruno Alcaraz Masáts recoge en su blog que “la villa de Cehegín construyó su pozo de la nieve en la sierra de Burete, de su jurisdicción, que era propiedad de la Congregación de la Virgen de la Soledad, vendiéndose la nieve en un puesto público de la villa. En 1688 se vendieron 60 cargas”.

Este pozo permitiría la acumulación y almacenamiento de la nieve durante la época invernal, para su posterior distribución a lo largo del año. De hecho, el comercio de la nieve tuvo en aquella época una gran importancia social y económica, hasta que decayó a finales del siglo XIX con el desarrollo de la industria frigorífica. Sin duda, el pozo de Burete representa un valioso testimonio de aquel periodo histórico que debería ser catalogado y protegido como bien cultural. Por otro lado, aunque algunos han creído encontrar otro pozo de la nieve en el paraje de La Pollera, lo cierto es que es poco probable que a tan poca altitud existiera una de estas construcciones para almacenar la nieve. Se trata de una especie de pozo de pequeño diámetro y profundidad, escavado en el terreno, que probablemente corresponda con un antiguo aljibe.

Para llegar hasta el Pico del Águila hay que coger la pista forestal que va desde la zona del Albergue del Coto Real hasta la Garita del Pino del la Virgen, y continuar por la pista que hacia Los Ballesteros. Tendremos que dejar esta pista forestal, que discurre a lo largo de la divisoria de aguas de la Sierra de Burete, cuando alcancemos  la zona más alta de la Sierra.

Pedro Abellán Ródenas, Doctor en Biología e investigador en la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

 

 

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